Antonio el Chelé

Antonio "el Chelé"

Recondando a ANTONIO EL CHELE DE CEHEGIN

En nuestro querido Cehegín cabe destacar a una persona la cual está ahí todos los días dispuesto a poder vivir el día a día como realmente a él le gusta.

Antonio, más conocido en Cehegín por “el Chelé”, es una persona dispuesta a prestar atención a todo aquel que desee escucharle, porque escuchar a Antonio es todo un deleite al oír mediante sus palabras cosas buenas que tan sólo él  lleva dentro de si desde hace mucho tiempo. 

Antonio es un buen sabedor de todo lo que acontece en el Casco Antiguo de Cehegín, para él no hay detalle que se le escape, pero eso si, tiene a un compañero el cual le acompaña en sus caminares, no es un compañero humano sino un compañero de placer, un compañero que desde hace ya más de dos mil años existía, nos referimos al vino. El vino que a Antonio le hace sentirse un poquito más feliz en esta incansable vida de penas que como él mismo dice lleva desde hace tiempo.

-¿Quién no lo ha visto en los pasados años y más concretamente en las fiestas de Navidad, cuando protagonizaba al niño Jesús en el Portal de Belén viviente que se celebraba en nuestro municipio?-.

A pesar del duro invierno que en años anteriores reinaba en Cehegín, Antonio vestido con un simple calzón protagonizaba la figura de nuestro Señor en el Portal de Belén, tapadito con una gran cantidad de paja, se protegía del intenso frío. Allí estaba su compañero, que bajo la paja le hacía recobrar fuerzas y entrar en calor; su botellica de vino.

Antonio ha hecho de casi todo en esta vida, durante muchos años ha estado trabajando como ayudante en el Matadero Municipal de Cehegín; hoy clausurado. Allí Antonio permaneció largo tiempo de su vida. Se prestaba con mucho gusto a ayudar en todo lo que se le pidiera. Así consiguió establecer su morada en el mismo matadero. Antonio con su trabajo y su pequeña casa se sentía muy feliz; su morada que él mismo bautizó con el nombre de “Villa Pichín”. A pesar de todo Antonio no paraba y vivía con humildad, pero con mucho amor.

Juana "la Torraica", madre de Antonio

En la parte central podemos ver al que fue el padre de Antonio

Antonio nació en Cehegín el 21 de enero del año 1945 en una humilde casa en la calle que hoy todavía existe con el nombre de: calle de los Alpargateros. Sus padres, que Dios los tenga en gloria, fueron Juana “la Torraica” fallecida el 17 de febrero de 2003 y su padre  José Guillén Sánchez. 

El querido hermano de Antonio, "el Alber"

Entre sus hermanos Antonio cuenta la triste desaparición de dos de ellos que dejaron este mundo hace ya algún tiempo, ellos eran sus hermanos Pedro y Juan “Alber el capazas”, emocionado comenta lo mucho que quiere a su hermano José y a sus sobrinas que tiene en la actualidad.

Una anécdota que Antonio me contó fue hace algunos años cuando de viaje a Madrid quiso ir en busca de una cantante muy conocida por aquellos tiempos y que en una de sus canciones decía así: <La vida es una tómbola de luz y de color> ella era nada más y nada menos que la misma Marisol a la que Antonio fue a verla sin poder conseguirlo. Él tenía muchísima ilusión en poder verla, pero la que le abrió la puerta le dijo que no estaba y para Antonio aquello le representó una gran decepción tal y como el mismo comenta. En su regreso a Cehegín se vino sin billete por motivos económicos y pensó que lo mejor sería para que no lo viera el “pica billetes” viajar cogido a la puerta del tren sobre las escaleras de subida pero por la parte de afuera. Un peligro que Antonio corrió en el que su vida estuvo en peligro. El frío era intenso. En una de sus paradas del tren, Antonio confiando de una persona le introdujo dentro del tren y este lo escondió bajo los asientos, de este modo pudo llegar hasta la estación de Calasparra, una vez allí todavía tuvo que atravesar un largo camino hasta Cehegín que lo realizó andando. Todo esto aconteció en el mes de enero en el más puro mes de invierno.

El nombre de Chelé surgió como consecuencia de una tía suya residente en Águilas; hermana de su padre. Su tía le dijo a su madre: <vamos a llamar a tu hijo Chelé>, y Chelé se quedó.

Antonio le pide una cosa a Dios y a todos los cehegineros, que todo lo mal que a él fundamentalmente le ha pasado no se lo desea a nadie.

Moto de su hermano “Alber” que conserva con mucho cariño.

Hoy todavía emocionado, Antonio recuerda a su hermano Alber, al cual quería con cariño, en su conversación Antonio todavía sigue recordando una de las cosas que le decía su hermano Juan Guillén “Alber el capazas”: “Antonio, vámonos cal Raimundo y nos tomamos un golpe de estado”, yo le pregunté qué era eso y Antonio me respondió: <eso es un carajillo o un vaso de vino>, visiblemente emocionado y con lágrimas en los ojos Antonio me enseñó algo que conservaba en su casa junto a la chimenea del comedor, era la moto de su querido y amado hermano “Alber el capazas” que guardaba tapada bajo una tela como oro en paño.

Aquí vemos al Pepico, vendedor de la O.N.C.E. y gran amigo de Antonio el Chelé

A la derecha vemos a José, hermano de Antonio junto al que fue Mariano, Jefe del Matadero Municipal de Cehegín donde Antonio le ayudó

Antonio se calienta frente a una buena estufa

Antonio “el Chelé” hay veces que todavía tiene que encender la estufa debido al frío que pasa en algunas ocasiones.

En su sala de estar pasa las horas dejando pasar ese tiempo el cual no puede detener aunque quisiera.

Antonio es un gran amante de las cosas buenas y no sabe que hacer para no hacer que otros estén molestos con él.

Es una persona sencilla a la que le gusta sobre todo saborear las buenas cosas de la vida aunque a veces las dificultades se interpongan en su camino.

Antonio sentado en su puerta junto con algunos de sus vecinos

Le encanta el lugar donde vive actualmente; en la Placeta de las Columnas y como dice él, tiene unos vecinos que valen un tesoro, debido a lo buenos que se portan con él, les obsequia en muchas ocasiones con una buena bolsa de habas, patatas o de lo que la huerta le pueda proporcionar en cada momento.

En otras ocasiones Antonio se ha encontrado molesto porque los chiquillos de su calle le gastan alguna que otra broma llamando a su puerta y marchándose corriendo para esconderse, cosa que no hacen a mala intención, sino que tan sólo es para gastarle una pequeña broma de chiquillos. 

Antonio cree fundamentalmente que no hay una “miaja” de educación y porque no tienen ayuda de sus padres ya que son éstos los que les deberían de decir: "dejarlo y no llaméis ahí porque eso no es tuyo", Antonio dice que eso nunca lo ha hecho él. Cree que la culpa es de los padres por no educarlos bien de más pequeños.

Pedro, uno de los vecinos de Antonio

Antonio comenta: "yo ya tengo pelos en el corazón, ¿yo voy a tu casa y te tiro piedras o estrapajos por ahí?". Como dice, cree fundamentalmente que esto no está bien pero en el fondo reconoce que es sólo cosa de pequeñas bromas. 

Un refrán que dice Antonio es este: "olivica que no te vas a comer déjala correr".

Antonio sigue por este mundo intentando de vivir en paz y en armonía con todos. Es una persona que solo desea el bien para todos y con fe se lo pide a Dios.